Estamos en un nuevo año 2013 y en una nueva era
No hay sino un camino
para poner fin al mal:
devolver Bien por mal.
León Tolstoi.
Jesús M. Moreno Mejía.
Al inicio de cada año nos hacemos buenos propósitos, comenzando por nosotros mismos, pero sin olvidar que no somos seres aislados pues lo mismo pertenecemos a una familia, a una comunidad y ésta se extiende a todo nuestro barrio o colonia, región, estado, nación y al mundo entero.
El compromiso de buenos propósitos no es individual sino con todos los que están a nuestro alcance, y si deseamos revertir el clima de violencia que nos agobia, debemos obrar positivamente para lograrlo, con nuestro grano de arena, pues el problema nos afecta a todos.
León Tolstoi, escritor y pensador ruso, dijo acertadamente “No hay sino un camino para poner fin al mal: devolver Bien por mal”. Pero existen otros pensadores que también abordan el tema del Bien; son muchos pero vale la pena recordar a algunos de ellos.
Inclusive Mahoma (controvertido profeta por las digresiones de algunos de sus seguidores en el mundo actual), sentenció: “Tratad de hacer el bien dondequiera que os halléis. Los que inclinen el platillo de la balanza hacia el bien, gozarán de felicidad”.
Marco Aurelio, emperador y filósofo romano del siglo I de nuestra era, dijo “Mira dentro de ti mismo, ahí está el manantial del bien, tanto más inagotable cuanto más se profundiza”.
Sófocles, poeta ateniense de cuatro siglos antes de Cristo, señaló de manera sencilla: “El hombre de bien es el mejor amigo de sí mismo”, en tanto que José Vasconcelos, político y ensayista mexicano: “Haciendo el bien a otros, pagamos en cierto modo el bien que recibimos”.
Finalmente, el escritor y político cubano José Martí, afirmó que “ser bueno es el único modo de ser dichoso”, para en seguida preguntar “¿Qué es ser bueno?” e inmediatamente dar respuesta: “Es la capacidad de darse a los demás, sin esperar nada a cambio; la capacidad de experimentar un regocijo enorme al servir a los demás”.
Hace un año opinamos que debemos recibir con optimismo el año, dejando atrás los sinsabores y amarguras del año anterior, a fin de que se cumplan todos los buenos propósitos que tengamos en lo individual y en lo colectivo.
Y añadíamos que no debe decaer el ánimo ante las adversidades de la vida, sino imponer nuestro optimismo para seguir adelante en todo lo que emprendamos para beneficio propio, de nuestra familia y de la comunidad, pero también advertíamos que deberíamos aprovechar el mensaje que nos han legado los mayas para el nuevo ciclo cósmico, que entró junto con el invierno de 2012 (o sea el 22 de diciembre pasado).
Las falsas interpretaciones que se dieron a los mayas, ya han rodado por el suelo, pues ellos nunca emplearon en sus legados la palabra fin con sentido catastrófico, sino la oportunidad de un cambio de mentalidad y de energía, que deberíamos ya estar aprovechando.
Incluso advertían que los cambios se empezarían a dar a partir de la segunda mitad del siglo pasado, y quienes realmente han hecho una interpretación correcta de esos vaticinios, como Fernando Malkún, experto en la cultura maya, afirma que esos cambios se han estado dando como nunca, “pero desgraciadamente existe una crisis colectiva de conciencia”.
Hay quienes afirman que los cambios se iniciaron en la década de los 60 y hay quienes señalan otras fechas más próximas al final del siglo XX, pero poco importa que se hayan iniciado en cualquier tiempo, pues lo que cuenta es que continuemos cambiando, pero que sea para bien.
Aclara Malkún que al ver la gente la cercanía de la muerte se ofrece la oportunidad de repensar en nuestra vida, examinándola y corrigiendo la dirección que cada quien lleva, sea o no creyente de alguna religión. “Los mayas se refirieron a un cambio, a un despertar de conciencia”, y agrega:
“Todo lo que está mal en el planeta se está repotenciando, con el objeto de que la mente humana se dedique a resolverlo, no que alguien venga hacerlo por nosotros, pues hay crisis de conciencia individual”.
Según los mayas y otras culturas que se unen a la idea de un cambio de conciencia, afirman que la nueva era debe ser de armonía y espiritualidad.
“En este momento -advierte Malkún- la mayoría de la gente está viviendo un tiempo de evaluación de su vida. ¿Por qué estoy aquí, qué está pasando, a dónde quiero ir?
El experto en la cultura maya señala que el universo nos está dando una oportunidad individual para reestructurar nuestra vida, y “la manera de sincronizarnos es, primero, no tener miedo, darnos cuenta de que podemos cambiar nuestra conciencia. La física cuántica ya lo ha dicho: “la conciencia modifica la materia. Lo que significa que la vida depende de lo positivo que pensemos”.
Concluimos este artículo con el mismo pensamiento que expresamos hace un año: Que el nuevo año tu mente despierte con un cambio de lo bueno, de lo positivo. Ese es nuestro deseo.
¡Hasta la próxima!
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